Voy a escribir un cántico
En el que la luz se funda
En el que el desierto llore
Y los cielos se ondulen.
Voy a pronunciar la palabra.
Escribiré para mis amigos
El grito para mis sombras
La primera caída y la última.
Encontraré tu corazón del otro lado
en el punto donde todo se junte
pues recogeré tu poema
y descansaré tu cuerpo.
Voy a buscar la muerte para nacerla.
Alejaré de mi propia vaguedad el vórtice
Voy a cantar a la luna rosa
Haré un verso
Prometeré mi calma.
(Guitarras negras – Luis Alberto Spinetta)
En el que la luz se funda
En el que el desierto llore
Y los cielos se ondulen.
Voy a pronunciar la palabra.
Escribiré para mis amigos
El grito para mis sombras
La primera caída y la última.
Encontraré tu corazón del otro lado
en el punto donde todo se junte
pues recogeré tu poema
y descansaré tu cuerpo.
Voy a buscar la muerte para nacerla.
Alejaré de mi propia vaguedad el vórtice
Voy a cantar a la luna rosa
Haré un verso
Prometeré mi calma.
(Guitarras negras – Luis Alberto Spinetta)
Este dia empieza a crecer
Voy a ver si puedo correr
Con la mañana silbándome en la espalda
O mirarme en las burbujas.
Tengo que aprender a volar
Entre tanta gente de pie.
Cuidan de mis alas unos gnomos de lata
Que de noche nunca rien.
Si la lluvia llega hasta aquí
Voy a limitarme a vivir.
Mojaré mis alas como el arbol o el angel
O quizás muera de pena.
Tengo mucho tiempo por hoy
Los relojes haran que cante
Y la espuma gira en torno a mi piel
Me han puesto manos para hablarle
A las cosas de mi.
Y al fin mi duende nació
Tiene orejas blancas
Como un soplo de pan y arroz
Y un hongo como nariz
Cuatro pelos locos
Y un violín que nunca calla
Solo se desprende y es igual a las guirnaldas.
Este dia es algo de sal
Me dejó vibrando al nacer
Pesa y es liviano como un hilo sin nombre
Suena un poco a mi guitarra.
Tengo que aprender a ser luz
Entre tanta gente detras.
Me pondré las ramas de este sol que me espera
Para usarme como al aire.
Y es que al fin mi duende se abrió
Tiene un corazón de mantel y batón
Y un guiño al ver que todo es verdad.
Ya los gnomos cuiden
A un violín que siempre canata
Nunca se adormece y es igual a las guirnaldas.
Y es que nunca calla, solo se desprende
Y es igual a las guirnaldas.
(Canción para los días de la vida - Luis Alberto Spinetta)
Voy a ver si puedo correr
Con la mañana silbándome en la espalda
O mirarme en las burbujas.
Tengo que aprender a volar
Entre tanta gente de pie.
Cuidan de mis alas unos gnomos de lata
Que de noche nunca rien.
Si la lluvia llega hasta aquí
Voy a limitarme a vivir.
Mojaré mis alas como el arbol o el angel
O quizás muera de pena.
Tengo mucho tiempo por hoy
Los relojes haran que cante
Y la espuma gira en torno a mi piel
Me han puesto manos para hablarle
A las cosas de mi.
Y al fin mi duende nació
Tiene orejas blancas
Como un soplo de pan y arroz
Y un hongo como nariz
Cuatro pelos locos
Y un violín que nunca calla
Solo se desprende y es igual a las guirnaldas.
Este dia es algo de sal
Me dejó vibrando al nacer
Pesa y es liviano como un hilo sin nombre
Suena un poco a mi guitarra.
Tengo que aprender a ser luz
Entre tanta gente detras.
Me pondré las ramas de este sol que me espera
Para usarme como al aire.
Y es que al fin mi duende se abrió
Tiene un corazón de mantel y batón
Y un guiño al ver que todo es verdad.
Ya los gnomos cuiden
A un violín que siempre canata
Nunca se adormece y es igual a las guirnaldas.
Y es que nunca calla, solo se desprende
Y es igual a las guirnaldas.
(Canción para los días de la vida - Luis Alberto Spinetta)
No hay comentarios :
Publicar un comentario